- El Instituto de Investigación Sant Pau lleva a cabo este estudio en pacientes de la Unidad de Trastornos del Movimiento y de la Unidad de Neuropsicología del Servicio de Neurología del Hospital.
- El proyecto, en colaboración con la Asociación Golf con Parkinson, y se realizará en la Barcelona Golf Academy, que proporcionará la tecnología necesaria para capturar y medir los datos.
- Coincidiendo con el Día Mundial del Parkinson, la asociación Golf con Parkinson organizará un torneo benéfico para recaudar fondos, en el que participarán los pacientes de este estudio científico.
- Actualmente, Sant Pau lleva a cabo diversas iniciativas en pacientes de Parkinson, como un coro que ya ha cumplido 10 años o un estudio para evaluar los posibles beneficios médicos y emocionales del teatro junto con la Universitat Oberta de Catalunya y el Teatre Lliure.
Barcelona, 8 de marzo de 2024.- El Grupo de Investigación en Enfermedad de Parkinson y Trastornos del Movimiento del Instituto de Investigación Sant Pau (IR Sant Pau) ha iniciado un estudio científico para evaluar cuáles son los posibles efectos y beneficios cognitivos, motores y emocionales del deporte en pacientes con esta enfermedad neurodegenerativa. El estudio cuenta con el apoyo de la Asociación Golf con Parkinson de Barcelona Golf Academy. Durante dos meses y medio, un grupo de pacientes voluntarios realizarán sesiones deportivas semanales de una hora y media, cada viernes por la mañana, en el Club de Golf de Barcelona. Además, el 12 de abril, coincidiendo con el Día Mundial de esta patología, se organizará un torneo benéfico para recaudar fondos a favor de este estudio con la participación de los pacientes.
La asociación Golf con Parkinson fue fundada por Juan Carlos Campillo, apasionado de este deporte a quien le diagnosticaron la enfermedad hace 3 años. «No era consciente de lo que me pasaba. Tenía hándicap 5 y mi juego empeoró tanto que ya no podía ni contar los golpes». El Parkinson ya afectaba sus movimientos, mucho más lentos, con una velocidad de swing que ni se acercaba a la habitual. A pesar de ello, buscó maneras de seguir entrenando y de adaptar su nueva condición física a este deporte. Afirma que «es crucial mantener la movilidad del cuerpo y la actividad física. Y practicar deporte ayuda mucho».
Con este objetivo, el Instituto de Investigación Sant Pau y la asociación Golf con Parkinson han iniciado un estudio pionero para analizar los beneficios que la práctica de este deporte puede aportar a estos pacientes. El equipo de investigadores está liderado por la Dra. Carmen Garcia-Sánchez, investigadora del Instituto de Investigación y neuropsicóloga del Servicio de Neurología del Hospital.
La doctora explica que «aunque hay tratamientos farmacológicos y terapias de rehabilitación disponibles, es importante explorar enfoques complementarios que puedan mejorar la calidad de vida de estos pacientes. Las intervenciones basadas en actividades deportivas y sociales son un recurso terapéutico empleado para tratar trastornos motores, emocionales y de comportamiento en pacientes con la enfermedad de Parkinson y, en este sentido, el deporte podría aportar beneficios. Pero es necesario investigarlo para respaldar su inclusión en el manejo de esta enfermedad».
Se requiere una metodología rigurosa para evaluar los posibles beneficios.
Se estima que 1 de cada 100.000 personas mayores de 60 años padecerán la enfermedad de Parkinson. Es una patología crónica, progresiva y multisistémica. Los síntomas empeoran con el tiempo – aunque la evolución es muy variable entre los pacientes – y en las etapas tardías pueden aparecer complicaciones como fluctuaciones motoras y no motoras, discinesias (trastornos de los movimientos voluntarios y aparición de movimientos anormales involuntarios), trastornos cognitivos y de la conducta.
Hay varias causas que intervienen en la aparición de la enfermedad de Parkinson. Principalmente, la degeneración de las neuronas llamadas dopaminérgicas, que producen patrones anormales de activación nerviosa en el cerebro y que causan un deterioro del movimiento. Pero también hay otras, conocidas y aún desconocidas. «Entre un 10% y un 15% de las causas son genéticas -dominantes y recesivas- y estos casos suelen afectar a gente muy joven, alrededor de los 40 años e incluso más jóvenes. A menudo pensamos que es una enfermedad de personas mayores, a partir de los 60 años, pero también la padecen personas jóvenes», explica el Dr. Jaume Kulisevsky, jefe del Grupo de Investigación de Parkinson y Trastornos del Movimiento en el Instituto de Investigación Sant Pau y jefe de la Unidad de Parkinson y Trastornos del Movimiento del Servicio de Neurología del Hospital de Sant Pau.
Practicar un deporte de bajo impacto (caminar, yoga, pilates, natación, patinaje, esquí de fondo, golf…) proporciona un entrenamiento completo que promueve el rango de movimiento, la activación de los músculos del cuerpo superior e inferior, la flexibilidad y el equilibrio que ha demostrado ser útil en la reducción de caídas en personas con la enfermedad de Parkinson. Además, combina actividad física moderada, coordinación motora fina, concentración y estrategia, elementos que podrían ayudar a mejorar la función motora, la coordinación, la flexibilidad, el equilibrio, la cognición y el estado de ánimo.
¿Cómo se llevará a cabo el estudio?
En la investigación, titulada «Estudio piloto observacional de la práctica del golf en la marcha, cognición y conducta de la enfermedad de Parkinson», participa un grupo de pacientes voluntarios con la patología en un estadio inicial o moderado y estable reclutados desde la Unidad de Trastornos del Movimiento y la Unidad de Neuropsicología del Hospital de Sant Pau.
El estudio cuenta con el apoyo de la Barcelona Golf Academy, el cual proporciona la tecnología y el software necesarios para la captura y medición de los datos que permitirán analizar la evolución de los pacientes.
Cada viernes por la mañana, un autobús los recogerá en el Hospital y los llevará hasta el Club de Golf de Barcelona con sede en Sant Esteve Sesrovires, que les facilitará todos los materiales necesarios: palos, putters, bolas… Una vez allí, realizarán una sesión de 90 minutos – con descansos a intervalos regulares para evitar el cansancio – durante 12 semanas dirigidas por el entrenador Carlos Vivas. Al final de cada una de las sesiones, el mismo autobús realizará el viaje de regreso hacia Sant Pau.
En cuanto a la metodología del estudio, antes y después de cada sesión semanal, los investigadores del Instituto de Investigación Sant Pau utilizarán un cuestionario de estado de ánimo para detectar cambios emocionales a corto plazo en estos pacientes. Concretamente, y con este objetivo, utilizarán la Scale for Mood Assessment (EVEA) como autoevaluación del estado emocional y los sentimientos.
Después de las 12 semanas de duración del estudio, se llevará a cabo una evaluación final, el análisis y la publicación de los resultados previstos para junio-julio de 2024.
Sant Pau, referente en asistencia e investigación en la enfermedad de Parkinson
El Hospital de Sant Pau centra una parte importante de su actividad asistencial e investigación en los trastornos del movimiento, donde la Unidad del Servicio de Neurología es CSUR (Centros, Servicios y Unidades de Referencia) y cuenta con una larga experiencia dedicada a todo tipo de enfermedades neurológicas raras de gran complejidad caracterizadas por el desarrollo de movimientos anormales – como la enfermedad de Huntington, los parkinsonismos atípicos, la enfermedad de Parkinson de inicio juvenil, las ataxias o el síndrome de Tourette, entre otras.
En la asistencia del Parkinson, realiza estimulación cognitiva a través de la Escuela Clínica de Neuropsicología y Patología del Lenguaje y, entre otras iniciativas, tiene una coral de pacientes integrada por más de 30 personas. Además, es centro de referencia en la estimulación cerebral profunda de la enfermedad de Parkinson, una técnica que aplica desde hace 25 años y en la que fue pionero.
En investigación lleva a cabo diferentes proyectos: el IR Sant Pau fue pionero en describir y diseñar herramientas específicas para evaluar la alteración cognitiva en Parkinson, como la escala Parkinson’s Disease Cognitive Rating Scale (PD-CRS) que utilizan todos los estudios centrados en este ámbito; y promueve estudios ya sea de forma independiente o colaborativa.
Uno de los más recientes, publicado este año, ha evaluado los beneficios médicos y emocionales del teatro en una veintena de pacientes diagnosticados de Parkinson, una iniciativa que ha incluido talleres de conciencia corporal, movimiento e improvisación llevada a cabo junto con la Universitat Oberta de Catalunya y el Teatre Lliure de Barcelona. Los resultados han mostrado una mejora en el estado de ánimo y los trastornos de ansiedad y depresión y en la memoria, tanto inmediata, con una mejor capacidad de concentración.